Durante las vacaciones de verano de 1937, en uno de los happenings organizados por los Fouquet en la Rivera francesa, un joven estudiante estadounidense que había sido invitado, quedó tan cautivado por sus esencias que le rogó con insistencia que le regalara una para su uso personal. Se trataba de John FK y la conexión entre ambos se produjo al instante. A la mañana siguiente en la recepción del hotel John encontró un frasco con la siguiente nota “En esta botella, encontrarás el toque de glamour francés del que carece tu personalidad estadounidense”. Frente al atrevimiento FK respondió
pidiéndole 8 muestras más y “otra para Bob”. Una incomprensible pero divertida solicitud que fue respondida, con 8 hermosas botellas de vidrio etiquetadas como Eight&Bob. Daba así comienzo la historia de una marca caracterizada por la elegancia y el saber hacer franceses y la osadía y el encanto americanos.